Un reciente informe de la consultora McKinsey sostiene que solo unas pocas aseguradoras han conseguido una ventaja competitiva real mediante la IA y que, para alcanzar ese nivel, se necesita una transformación profunda a escala empresarial.
McKinsey alerta que la IA no debe ser un complemento, sino estar integrada en todos los dominios operativos: suscripción, siniestros, distribución, servicio al cliente, finanzas, actuaria y TI.
“Las aseguradoras que se limitan a experimentar con la IA corren el riesgo de quedarse atrás frente a sus competidores nativos digitales”, sostiene el informe.
El enfoque recomendado pasa por rediseñar flujos de trabajo, renovar sistemas y contar con un stack tecnológico moderno, así como reutilizar componentes de IA para múltiples procesos, reduciendo tiempos de implementación y costos.
Áreas clave de impacto de la IA
1. Distribución y engagement
La IA potencia canales digitales personalizados y automatizados. McKinsey resalta que con datos (telemetría, IoT), se puede ofrecer cotizaciones instantáneas y productos adaptados en tiempo real, transformando el modelo de compra tradicional en algo casi inmediato.
2. Suscripción y evaluación de riesgos
Gracias a la inteligencia artificial, el proceso de underwriting puede ser casi instantáneo. Modelos cognitivos analizan datos estructurados y no estructurados, como historiales clínicos y comportamientos del cliente, permitiendo emitir pólizas en minutos o segundos, en lugar de semanas.
3. Gestión de siniestros
La IA generativa y agéntica promueve la automatización avanzada en reclamos. Desde clasificación de documentos hasta valoración de daños, los modelos pueden hacerse cargo de procesos completos. McKinsey cita que la IA puede reducir costos y retrasos con una experiencia más rápida y precisa.
4. Servicio al cliente
Bots conversacionales (de voz o texto) y sistemas multimodales generan interacciones empáticas y eficientes. La IA generativa puede incorporar empatía y adaptar respuestas personalizadas, elevando la experiencia del asegurado.
5. Funciones centrales (actuaria, finanzas, TI)
La IA transforma tareas internas y repetitivas como contabilidad, auditoría, planificación y pruebas de software. Un caso citado indica que una aseguradora global mejoró la eficiencia en modernización de código y testing en más de un 50% gracias a la IA.
El camino hacia convertirse en una aseguradora “IA nativa”
McKinsey identifica seis movimientos estratégicos para lograrlo:
- Definir una visión audaz e integradora de IA.
- Reestructurar procesos en dominios específicos, no solo adoptar soluciones puntuales.
- Diseñar una arquitectura de IA modular y reutilizable.
- Evaluar cuidadosamente si construir tecnología internamente o comprarla.
- Modernizar la infraestructura técnica para soportar operaciones de IA a escala.
- Liderar un cambio cultural que promueva el uso diario de IA en todas las áreas.
Perspectivas
Según McKinsey, las aseguradoras más maduras en IA pueden lograr mejoras significativas en costos, velocidad operativa y personalización. Asimismo, la IA impulsa modelos innovadores como el seguro “usage-based”, microseguros a demanda y ofertas hiperpersonalizadas, transformando la relación con el cliente y los riesgos asociados.
La consultora también proyecta que, para 2030, la IA podría crear hasta 1,1 billones de dólares anuales de valor para la industria global de seguros.
Conclusión
Para las aseguradoras que deseen liderar, los tiempos de experimentación han pasado. La clave está en una estrategia integral, con visión a largo plazo, tecnología flexible y una cultura que abrace la IA. Quienes lo consigan, no solo optimizarán costos y procesos, sino que podrán ofrecer experiencias únicas y en tiempo real, redefiniendo su posición competitiva en el mercado.









